El sector de las ciencias de la vida está experimentando una transformación significativa a medida que la inteligencia artificial (IA) se integra cada vez más en los flujos de trabajo multilingües. La presión por acortar los plazos regulatorios, ampliar la cobertura lingüística y cumplir con una documentación cada vez más exigente ha llevado a muchos equipos clínicos, regulatorios y de calidad a plantearse la misma pregunta: 

¿Es posible utilizar la traducción asistida por IA de forma responsable para contenidos médicos regulados como los prospectos, los RCP y otros materiales exigidos por la EMA o en el marco del MDR/IVDR, incluidos los IFU y la documentación dirigida al paciente? 

Este artículo explora cómo puede utilizarse la IA dentro de los límites de la conformidad regulatoria y en qué condiciones puede ser una solución eficaz y segura. 

El papel de la IA en la traducción médica regulada 

La traducción asistida por IA ha avanzado notablemente en los últimos dos años. Cuando se aplica de forma estratégica, puede mejorar la velocidad, la coherencia y la escalabilidad en distintos escenarios, entre ellos: 

  • Procedimientos centralizados de la EMA que requieren entrega en todos los idiomas oficiales de la UE 
  • Actualizaciones urgentes de Instrucciones de Uso (IFU) o prospectos 
  • Documentación de ensayos clínicos para estudios en varios países 

Estos beneficios hacen que la IA sea cada vez más atractiva, especialmente para proyectos con alto volumen y plazos ajustados. Sin embargo, los contenidos regulados exigen algo más que rapidez: requieren precisión, trazabilidad y una alineación total con los formatos y la terminología establecidos por organismos como la EMA, la FDA y las autoridades nacionales. 

Por qué la IA por sí sola no es suficiente 

A pesar de sus capacidades, la IA sigue teniendo limitaciones en dominios altamente especializados como la traducción regulatoria. Entre los principales retos destacan: 

  • La complejidad morfológica de idiomas como el húngaro o el finlandés 
  • El uso de terminología estandarizada, como MedDRA, EDQM o las plantillas QRD de la EMA 
  • La sensibilidad a la redacción y claridad, especialmente en materiales dirigidos a pacientes 

Por ello, los resultados generados por IA no son adecuados, por sí solos, para su presentación regulatoria. La calidad, la conformidad y la seguridad del paciente solo pueden garantizarse mediante una revisión experta realizada por profesionales humanos. 

El humano como elemento clave en la traducción con IA 

La IA puede ser un apoyo valioso en los flujos de traducción, pero solo bajo la supervisión estrecha de expertos humanos cualificados. En el caso de contenidos médicos regulados, el papel del revisor va más allá de una simple corrección lingüística: 

  • Verifican el uso correcto de plantillas y terminología normativa 
  • Aseguran la coherencia con documentos previos y referencias del producto 
  • Evalúan la claridad y el tono de los textos dirigidos a pacientes 
  • Aportan la última capa de responsabilidad exigida para el cumplimiento normativo 

Este enfoque de “humano en el circuito” garantiza que la IA contribuya a la productividad sin poner en riesgo la integridad del contenido. En este modelo, los revisores humanos no son solo editores: son garantes de la calidad, la seguridad y la consistencia. 

Sistemas completos: más allá de las herramientas 

El uso responsable de la IA en traducción regulada implica mucho más que elegir una herramienta adecuada. Se requiere un sistema completo que respalde la calidad y la conformidad desde el inicio. Esto incluye: 

  • Evaluar y comparar motores de IA por idioma, tipo de contenido y especialidad 
  • Integrar la IA con memorias de traducción, glosarios y bases terminológicas del cliente 
  • Establecer políticas internas claras sobre cuándo y cómo se pueden utilizar distintas soluciones, según la sensibilidad del contenido 

Este enfoque interconectado permite reducir el trabajo de post-edición y mantener la coherencia terminológica exigida por las autoridades. 

Cumplimiento con la EMA y normas ISO 

Aunque la EMA no ha emitido directrices específicas sobre el uso de IA en traducción, las normativas y estándares existentes proporcionan un marco claro para asegurar la conformidad. Los flujos de trabajo con IA se consideran aceptables siempre que incluyan post-edición por expertos humanos, procesos transparentes y garantías en materia de protección de datos. 

Algunas normas clave que respaldan el uso responsable de la IA son: 

  • ISO 18587, para la post-edición de traducción automática 
  • ISO 13485, para los sistemas de gestión de calidad en traducción de productos sanitarios 
  • Requisitos del MDR/IVDR, especialmente en relación con la legibilidad y consistencia terminológica en IFU y materiales dirigidos a pacientes 

Las organizaciones que utilizan la IA de forma responsable aplican estos marcos en sus procesos, combinando automatización con control humano experto y evaluación continua de calidad. 

¿Qué dicen las regulaciones sobre el uso de IA en traducción? 

A día de hoy, no existe ninguna normativa de la UE que prohíba el uso de IA en flujos de traducción médica. Tanto la EMA como las agencias nacionales se centran en la calidad y conformidad del producto final, independientemente de las herramientas empleadas. Los aspectos clave que se deben garantizar son: 

  • Revisión humana por traductores cualificados 
  • Trazabilidad de procesos y uso de herramientas 
  • Consistencia terminológica con materiales de referencia aprobados 
  • Transparencia y protección de datos en todo el flujo de trabajo 

Cuando estos principios se respetan, la traducción asistida por IA puede formar parte de una estrategia plenamente conforme. 

Conclusión 

La IA no sustituye la experiencia humana: es una herramienta que, utilizada de forma responsable, puede mejorar la precisión, la coherencia y la eficiencia de los procesos de traducción médica. En el caso de contenidos regulados, el éxito depende de combinar soporte tecnológico con supervisión humana, sistemas de calidad robustos y validación basada en estándares. 

A medida que las industrias médica y farmacéutica evolucionan, es probable que la IA desempeñe un papel cada vez mayor en la entrega de contenidos multilingües. Pero para la traducción regulatoria, una verdad sigue siendo fundamental: la conformidad empieza por los procesos, no por las herramientas.